Lo evidente en medio de la guerra solo se puede ver con el corazón; todo lo demás es mentira.
El capital financiero especulativo tiene una mentira para decir y la vende como verdad, y nosotros los venezolanos solo tenemos la verdad para decir.
La verdad es que Venezuela tiene la mayor reserva de petróleo del mundo, es la octava en gas, la primera en América Latina en oro. Además cuenta con tierras raras, hierro, bauxita, agua dulce, coltán. Es un territorio fértil, con una población pequeña, entre otros recursos. En más de quinientos años nos han robado, desde los europeos hasta los norteamericanos, como mejor han querido. Para ello siempre han contado con una quinta columna de arrastrados dispuestos a regalarles el territorio por migajas.
Y lo han hecho porque tienen fuerza y se creen superiores; nos consideran inferiores, sus esclavos. Para los humanos, nosotros los esclavos, seamos de Gaza, Libia, Haití o de cualquier otra parte del mundo, donde no se sea anglosajón dueño, estamos sometidos dentro del sistema actual a su libre albedrío, al ejercicio de su libertad plena; aunque algunos ilusos alienados, esclavos domésticos, crean que ellos como negros, indios o mujeres sí tienen derechos y son iguales a los humanos-capitalistas.
La verdad descarnada es que ya no hay necesidad de caretas; es el tiempo del robo en descampado y no importa justificar el por qué, solo montan la farsa para que sepamos de qué son capaces los criminales, los ladrones imperiales. Es su mensaje al mundo.
Nadie quiere eliminar el problema de las drogas
Los payasos como Trump, Marco Rubio o María Machado solo son eso: simples payasos usados como en el fraude de las tapitas: para distraer víctimas. Todo el mundo sabe que Venezuela no financia, no siembra, no procesa y no vende cocaína, opio, marihuana, ni ninguna otra droga.
¿Por qué Europa y Estados Unidos no eliminan este negocio teniendo todos los recursos financieros, humanos y tecnológicos para hacerlo? Primera razón: por las ganancias que son muchas, con muy baja inversión.
En segundo lugar: porque necesitan mantener drogada a sus poblaciones, ya que llegaron al llegadero del progreso y la civilización. La libertad, la igualdad y la fraternidad son solo palabras vacías, que no le sirven a las mayorías esclavizadas. No hay más nada que ofrecerle a los zombis, la peste del suicidio avanza como reguero de pólvora en los centros civilizados y la droga, aparte de un negocio con buenos dividendos, resuelve.
En tercer lugar: es una manera de chantajear a los demás países, con el cuento del cultivo y tráfico de drogas; de esta manera pueden acusar a cualquier país que necesiten robarles sus recursos, como el caso de la República Bolivariana de Venezuela.
En cuarto lugar: porque es un negocio que corrompe, sirve para destruir gente, políticos, artistas, deportistas, para chantajearlos, para someterlos. Y en quinto lugar: es por todos conocido que la cocaína, la marihuana, los opioides, ya sean heroína, fentanilo o cualquier otro derivado legal o ilegal, mueve la economía del humano-capitalismo, es un negocio más; el mundo sabe, hasta los desprevenidos, que la DEA es el gran cartel que mueve la droga ilegal en el mundo, que los grandes bancos asentados en Europa y Estados Unidos son quienes financian este negocio de la droga ilegal, que mueve el negocio de las armas, de los uniformes, de la construcción, del espectáculo, del deporte y de todo el andamiaje jurídico-policial en el mundo.
En fin, la droga está moviendo la estancada economía del humano-capitalismo y Venezuela no controla ninguno de estos hilos.
Los recursos naturales en abundancia explican por qué acusan a la República Bolivariana de Venezuela. Es la misma razón por la que invadieron Libia, Irak, Siria, Yemen, Sudán, Somalia, Panamá, Granada. Es la misma razón por la que una vez invadieron este continente, África, Asia: sí, señores, por los recursos que les permite producir riquezas, ya sea oro, hierro, coltán, petróleo, diamante, plata, estaño, carbón, uranio, o mierda de pájaro, y para ello usan cualquier droga, ya sea en nombre de dios o la cocaína, para robarle los recursos a cualquier país.
El mensaje del peñerito inflable es mostrar que son capaces de bombardear al mundo sin importar leyes, códigos de honor o acuerdos a respetar. La ley la deciden ellos sustentados en su poder militar financiero que les permite chantajear.
El humano-capitalismo ha vuelto al tiempo de “yo soy la vida, la verdad y el camino, el que me siga será salvado”. El tiempo de atravesar caminando el mar Rojo, el tiempo de la torre de Babel, de los dinosaurios, de los habitantes de la Luna, de Jack el Destripador, de los ángeles, demonios, marcianos, de Julio Verne en el centro de la Tierra, el cielo y el infierno, de los buenos invasores con su imposición civilizatoria, con su ¡acaben a todos los indios porque no son gente!, ¡esclavicen a los africanos porque son inferiores!, ¡y a las mujeres porque son animales sin almas!, al tiempo de los caníbales, al tiempo de la guerra del opio para cogerse a China, del acorazado Maine para justificar cogerse a Cuba y evitar el triunfo de los Mambises, al tiempo del asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo para justificar la primera gran guerra de Europa dirigida directamente por el capitalismo, al tiempo de Pearl Harbor, al tiempo de las torres gemelas, de la libertad y felicidad absoluta del capitalismo, cuando no tenía que rendirles cuentas a nadie por invadir, asesinar y cogerse lo que les viniera en gana.
¿Qué le queda al debilitado capital financiero especulativo? Intentar cogerse Venezuela para tratar de quedarse con una tajada del pastel.
El objetivo de la guerra es básicamente el botín, ya sea que se defienda o se intente quitar. No ha sido otro a lo largo de su existencia y del cuento que han hecho favorable o contrario a la guerra. Pero el primer elemento antes de que llegue la guerra realmente es la mentira. La mentira es la venta de ilusión, la venta de esperanza, el terror mental que produce.
Todo el mundo sabe, lo sabe la ONU y la administración norteamericana, todos los presidentes del mundo saben que Venezuela no tiene nada que ver ni con producción, ni con siembra, ni con tráfico de drogas. Es un territorio que tiene dos mil quinientos kilómetros de fronteras con un país que produce prácticamente el noventa por ciento de la cocaína del planeta. Entonces, por supuesto, que es sensible a que se busquen trochas por esa frontera para sacar esa droga, pero como el gobierno venezolano ha ido dando pasos seguros en función de trancar todas esas trochas, ese negocio se cae. Pero a los ladrones y criminales invasores les hace falta, necesitan un relato, una mentira y repetirla millones de veces en el planeta para que sea aceptada la acción de asesinar un presidente, tumbar un gobierno e invadir un país, y lo están haciendo, están vendiendo esa gran mentira.
La conseja dice que con la guerra nadie gana. Pero si no ganara nadie con la guerra, ¿por qué las grandes industrias de la guerra fabrican armas y no detienen esta fabricación? ¿Por qué, si nadie gana, invaden y saquean? ¿Por qué Estados Unidos tiene el mayor presupuesto de defensa del mundo (962 mil millones de dólares, año 2025)? Porque es el mayor invasor y saqueador del planeta. China, 246 mil millones; Rusia, 150 mil millones; India, 79 mil millones; teniendo los territorios más extensos y las poblaciones más grandes, pero hasta ahora no se sabe de invasiones rusas o chinas o indias en el mundo. Pero, ¿qué daño podría causar la República Bolivariana de Venezuela a EE.UU., con apenas 4 mil millones en presupuesto de defensa?
Doscientas cuarenta veces menor que el presupuesto de los Estados Unidos. Un tipo que tiene esa ventaja, que necesita la droga para mantener a su población drogada, ¿arriesgaría tantos recursos para destruir aquello que tanto lo beneficia? Por supuesto que no.
La campaña de terrorismo no es para combatir la droga, el imperialismo-humano-capitalista miente. Es para sacar a Maduro, destruir el Estado y obtener el beneficio del botín de la primera reserva mundial de petróleo del planeta, además del gas, el oro y demás minerales, agua y tierras abundantes en este territorio.
Estamos hablando de que Venezuela tiene veintisiete millones de hectáreas absolutamente disponibles para la agricultura, casi que sin inversión, porque son veintisiete millones de hectáreas de un alto nivel de fertilidad, pero además tiene la ventaja de que es un territorio casi solo, porque apenas tiene treinta y dos millones de habitantes y casi dos millones de kilómetros cuadrados entre territorio y agua.
Pero como ya dijimos, ¡aún hay más! Tomar Venezuela es tomar el continente, y controlar el Pacífico y el Atlántico junto con el mar Caribe, posicionando mejores condiciones y capacidad para negociar con China y Rusia. Y, por mampuesto, acabaría con un importante experimento político-social que se convertiría en un ejemplo para los demás pueblos.
La quinta columna
Ninguna de estas personas que sirven de quinta columna o que pretenden servir de quinta columna tiene capacidad para absorber aunque sea una milésima parte de este botín, aunque sus ambiciones los desborden. Y por eso María Corina dice: “Llévense todo, yo lo único que quiero es gobernar”. Lo que no sabe esta pro-humana es que ellos no quieren que alguien gobierne. Ellos no quieren gobernadores ni alcaldes; ellos quieren mercenarios que les protejan las ganancias que a ellos les dé la gana de imponer. Ahí lo que habrá son mercenarios cuidando, mientras que las ciudades que no producen nada serán centros de caos, donde primará la droga, la delincuencia, la miseria; ahí no prosperará nada. Ellos quieren gobernar en medio de un caos controlado.
Sin embargo, los ambiciosos ignorantes piden, añoran que nos invadan. “Sí, vengan, maten a Maduro, maten a Cabello, acaben con los Rodríguez, destruyan a Padrino López”. Todas estas declaraciones vienen de una generación sin raíz. Porque no puede ser que alguien no entienda que está regalando un país por solo migajas, pero además en su obnubilación no se percatan que el invasor les odia, les niega, porque se siente, se percibe superior, y les entiende como lo más bajo en la escala, que ni siquiera son humanos.
Porque el anglosajón no nos entiende a nosotros como humanos, no estamos en ninguna de las escalas humanas: somos los mestizos, no correspondemos a ninguna escala humana, somos como un accidente de la guerra o algo así; una mercancía. Para el invasor todo vendepatria es la basura de la basura, pero esa gente no entiende que así es como los tratan. Porque a María Corina la podrán usar como propaganda para que se siente con el presidente a enseñarle la rodilla, pero no se va a sentar a comer con ellos.
Los venezolanos estamos obligados a entender que no se puede permitir que la quinta columna crezca.
El gobierno afortunadamente no está dormido, sabe que tiene un enemigo, sabe quién es el enemigo, el descaro de su enemigo; entiende que la única ética que tiene el enemigo es matar, robar y dominar. Y esta ética la sostienen con la mentira. Y por supuesto responde como tiene que responder, y una de las grandes tareas es arrinconar a la quinta columna para derrotar a la miseria enemiga. Parafraseando las palabras de nuestro mayor general Padrino López diremos:
“Aquí estamos, vigilantes, serenos y sin miedo. Aquí estamos como payaras y caribes frente al Atlántico y el mar. Y con nuestros pájaros bolivarianos defendiendo los aires.
“Desplegados efectivamente, consistentes, fuertes, con la claridad política y la unidad nacional hoy más consolidadas que nunca, para preservar la independencia, frente a una ofensiva que reedita los peores capítulos de las intervenciones estadounidenses.
“Estamos confiados en nuestra fuerza y conocimiento colectivo. Nadie va a pisar y ofender esta tierra sagrada de todos nosotros.
“Este es un ejército que está ocupando el territorio para ejercer soberanía, la actuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y ahora la unión popular-militar-policial no es un cliché, una consigna, no. Es una realidad y ha creado una gran capacidad de respuesta en el territorio nacional.
“Ahora somos el pueblo en armas, confiados en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en el liderazgo de nuestro Comandante en Jefe presidente Nicolás Maduro.
“Nosotros estaremos aquí firmes, vigilantes de toda acción que el imperialismo norteamericano, con sus naves desplegadas en el Caribe y su accionar dentro del territorio venezolano para desestabilizar y seguir provocando un cambio de régimen en el país. Eso no lo van a lograr, porque se van a conseguir con el latir del corazón, la inteligencia y la fortaleza de un pueblo que ha trazado su propio destino, sin depender de nadie ni de nada, y como dijo Simón Bolívar leyendo su manifiesto de Carúpano: Dios concede la victoria a la constancia”.
Y en el futuro que diseñaremos, cuando pregunten por los imperios invasores, las nuevas generaciones dirán frente a las flores y la abundante comida: ahí están, entre esas flores, porque las abuelas y abuelos los sembraron para que sirvieran de abono y nunca más le hagan daño a nadie.
CUANDO ESTE PAÍS FLORECE
I
El monstruo del capital
se muerde la propia cola
y a dentelladas se enrolla
revolcado en un barrial,
presintiendo su final;
viendo que se descalabra
desde su hambre nos declara
que ahora somos el bocado
para saquearlo amparado
por una flota macabra.
II
Sobre su flota macabra
la muerte ronda el Caribe
y entre mentiras se exhibe
envenenando sus aguas
de su ristra de amenazas
promete grandes tormentos,
promete el abatimiento
de cuánta flor o cuánta risa,
de no dejar amor en iza
para que ondee el sufrimiento.
III
Para que ondee el sufrimiento
con su rostro de humanismo
y se regodee el lacayismo
(de allá afuera y de aquí dentro)
por los restos de excrementos
que sus amos les ofrecen
los que en el pecho carecen
de algún latido amoroso
no atisban lo maravilloso
de un país cuando florece.
IV
Cuando este país florece
(ya lo hemos demostrado),
la historia la hemos preñado
con hazañas que estremecen
y este momento merece
florecer en la juntura
al lado de la estructura
de quienes defienden y aman
el territorio que es flama
y candil de nuestra bravura.
V
Candil de nuestra ternura
y flama para los alientos
que nos mantiene despiertos
soñando una otra cultura
que cave la sepultura
del miedo, de la ignorancia
y del hambre que no hacen falta
para el ramo de embelesos
con que ornaremos el beso
en el vientre de la patria.
Ygnacio Tapia.
La Cumaca, septiembre 2025.