Jue. 30 Enero 2025 Actualizado 1:05 pm

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Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo y emerge como un titán económico mundial (Foto: Agencias / Archivo)

El nacimiento del nuevo BRIICS

Indonesia aporta 280 millones de personas, una economía en expansión y la experiencia desde el Sur.

Luego de poco más de un año de espera, en enero de 2025 Indonesia se incorporó a los Brics. El anuncio fue realizado por el gobierno de Brasil, en su calidad de presidente de la agrupación en el 2025. La incorporación de Indonesia había sido aprobada en la XV reunión cumbre de Johannesburgo de agosto de 2023, pero el gobierno indonesio solicitó que se pudiera esperar hasta octubre de 2024, cuando asumieran las nuevas autoridades del país surgidas de las elecciones de febrero de ese mismo año. Aunque Brics no es un bloque comercial, ser miembro conlleva beneficios económicos para Indonesia, como atraer inversiones, acceder a otras fuentes de financiamiento y medidas de facilitación del comercio, entre las cuales se está conversando la ampliación del sistema de pago para utilizar las respectivas monedas nacionales a diferencia del dólar estadounidense.

En los últimos años los países fundadores de Brics están buscando ampliar la agrupación a partir de la incorporación de nuevos miembros para tener mejor representación geográfica y mayor peso económico y político internacional. De esta manera, se incorporaron en 2023 Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, estando pendiente la adhesión de Arabia Saudita. El gobierno argentino había manifestado su voluntad de ser parte miembro durante la administración Fernández, la cual fue aceptada en 2023, pero el gobierno de Milei decidió no continuar con el proceso de incorporación. La admisión de Indonesia brindará representatividad a la región del Sudeste Asiático en la agrupación, no solo por su peso económico y político relativo dentro de la misma, sino también por sus contribuciones a su arquitectura multilateral regional centrada en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).

El peso de Indonesia

Ahora bien, la incorporación de Indonesia en los Brics destaca por sobre la del resto porque aporta a la plataforma mayor trascendencia y una experiencia internacional distintiva. No se trataría solamente de una ampliación sino de un avance en el desarrollo de la organización, por lo que se debería estar hablando del nuevo BRIICS. De los nuevos miembros, Indonesia es el único que también es miembro del G20, lo que refleja su protagonismo internacional. Protagonismo que seguirá creciendo en las próximas décadas. De acuerdo con la consultora internacional PricewaterhouseCoopers (PwC) (2017), Indonesia será una de las cinco economías que tendrán mayor peso a escala mundial para la mitad del siglo XXI, acompañada por otras economías del Brics como China, India y Brasil. Esto demuestra el rol actual y futuro de las economías emergentes en la gobernanza de la economía mundial.

No obstante, el interés de Indonesia por ser miembro de los Brics debe ser entendido a partir de aspectos más estructurales de su política exterior. Se trata más bien de una manifestación del autonomismo estratégico y del fortalecimiento del Sur Global. Los principios de "libre y activa" han orientado la política exterior autonómica del Indonesia desde los primeros momentos, cuando fueron enunciados por el vicepresidente Mohammad Hatta en 1948. A partir de entonces, contribuyó al desarrollo de un multilateralismo alternativo frente al hegemónico. Posiblemente el primer gran logro fue la organización de la conferencia de los países independizados de Asia y África en la ciudad de Bandung en abril de 1955, que visibilizó al Tercer Mundo. Luego impulsó la creación del Movimiento de Países no Alineados en junio de 1961, frente al orden bipolar establecido por la rivalidad de las dos superpotencias de la segunda mitad del siglo XX, a saber Estados Unidos y la Unión Soviética. Es decir, Indonesia tiene un claro compromiso histórico con el otrora Tercer Mundo, ahora Sur Global.

Más recientemente, la membresía de Indonesia en los Brics coexistirá con su participación en el Mikta. En esta agrupación, creada en septiembre de 2013 junto a México, Corea del Sur, Türkiye y Australia, Indonesia también busca defender el funcionamiento imparcial de los mecanismos de la gobernanza global. Se puede argumentar que la membresía en los Brics puede fortalecer su adhesión a la Iniciativa de la Ruta y la Seda, el proyecto de inversión de infraestructura chino que se sostiene en la visión de comunidad de destino compartido del presidente chino Xi Jinping. De hecho, fue en su discurso en Yakarta en octubre de 2013 donde anunció la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI.

Pero esto no imposibilitó a Indonesia de generar una visión propia sobre el Indo-Pacífico, en paralelo a otros países como Estados Unidos, Japón, Australia, preocupados por el ascenso de China. En 2013 el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono y su canciller Marty Natalegawa introdujeron la idea de Indo-Pacifico a la política exterior indonesia y la empezaron a llevar a la Asean. Ya con la administración de Joko Widodo, Indonesia promovió el desarrollo de la visión del Indo-Pacifico de la Asean, la cual se anunció en agosto de 2019. Lo particular de esta visión es que se sostiene en el principio de inclusividad, es decir, incorporando a China a la región, cuestión que se refleja en el sostenimiento de la Cumbre del Este Asiático, y no el QUAD, como el ámbito privilegiado de dialogo político y de cooperación técnica del Indo-Pacífico

La presencia musulmana

Con la incorporación de Indonesia, los Brics incrementan no sólo su trascendencia internacional sino también su equilibrio interno. Entre los miembros fundadores del bloque están aquellos de religión monoteísta, de tradición cristiana, como Rusia y Brasil, y otros de creencias panteístas, de tradición hindú, como India, o aquellas basadas en el pensamiento chino. Por el contrario, todos tienen importantes minorías musulmanes. Se puede pensar que la intención de los miembros fundadores de incorporar a nuevos miembros, todos con importantes mayorías musulmanas, es dar mayor representatividad, a la vez que legitimidad en la agrupación. Por un lado, para China e India la presencia de las minorías musulmanas dentro de sus territorios es una cuestión política y de seguridad sensible. En cambio, para Brasil y Sudáfrica el mundo musulmán es uno de los principales destinos de sus exportaciones, siendo hoy reconocidos como los países no musulmanes con los ecosistemas económicos islámicos más importantes. Indonesia es el actualmente el país con la mayor cantidad de creyentes musulmanes del mundo pero, producto de su desarrollo histórico, es defensor de la convivencia interreligiosa al tener importantes minorías hindú-budistas y cristianas dispersas por el territorio. De ahí que la incorporación de Indonesia vendría a consolidar la presencia musulmana dentro de la agrupación, a la vez que aportar experiencia en el diálogo intercivilizacional para reducir tensiones frente a los reclamos de las minorías musulmanas en los otros países de la agrupación y promover el desarrollo del ecosistema económico islámico entre los países miembros del bloque.

Alternativa al alineamiento obsecuente

Como se ha mostrado, de acuerdo a los lineamientos autonomistas de su política exterior, para Indonesia ser miembro de BRICS no se trata de elección excluyente. Ser miembro de los Brics no la obliga a elegir a participar de otras agrupaciones internacionales o adherirse a visiones del orden internacional competitivas. Al contrario, se trata de una decisión que busca incrementar sus márgenes de maniobras al entender la transición hegemónica del orden internacional, de carácter más multipolar, y la traslación del motor de crecimiento económico mundial. Así como en el siglo XX impulsó el no alineamiento y el tercermundismo frente a la lógica de bloques, en el siglo XXI Indonesia se convierte en miembro de los Brics a la vez participando de Mikta, o se adhiere a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta promovida por China a la vez que acepta ser parte del Marco Económico del Indo-Pacifico para la Prosperidad, propuesto por Estados Unidos.

La decisión autonomista de Indonesia de incorporarse a los Brics enseña que hay una alternativa al alineamiento obsecuente para que los países mejoren su inserción internacional. Entender la adhesión a una agrupación frente a otra en una situación de suma cero, a partir de tener presente solamente la competencia hegemónica en un orden bipolar y dar por sentado dinámicas asimétricas y rígidas entre los miembros, es actuar con una visión retrógrada, de tiempos de la Guerra Fría que, en vez de fortalecer, debilita la libertad de acción de los países medios al menoscabar el multilateralismo. El ejemplo de Indonesia muestra que se puede adherir a una y otra propuesta en una situación de suma variable, en la cual se pueda aprovechar lo mejor que tiene por ofrecer para beneficio de su desarrollo nacional, a la vez que defender un multilateralismo más justo y contribuir con una gobernanza global más equitativa.


Este artículo fue publicado originalmente en el medio Tektónikos el 29 de enero de 2024.

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