Lun. 15 Septiembre 2025 Actualizado 3:20 pm

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China, India y Rusia son blanco de una nueva etapa de la armamentización de la economía por parte de Estados Unidos (Foto: Alexander Zemlianichenko / Reuters)
La deriva "pacificadora" contra la economía global

Trump amenaza con aranceles a China e India por su alianza con Rusia

Según varios medios internacionales y de acuerdo con fuentes vinculadas con la Casa Blanca, la administración Trump está considerando aplicar una batería de aranceles secundarios contra India y China, a causa de la compra de petróleo ruso.

En teoría, Estados Unidos está dispuesto a ampliar los aranceles contra los compradores de petróleo ruso, solo si la Unión Europea (UE) toma medidas similares, con el objetivo de "reducir los ingresos que Moscú necesita para la guerra en Ucrania", dijeron las fuentes.

El gobierno de Trump estaría presionando por un arancel de 100% y espera ejecutar la medida en articulación con la UE para amplificar y profundizar su impacto.

"La fuente de financiación de la máquina de guerra rusa son las compras de petróleo por parte de China e India. Si no vamos a la fuente de esa financiación, no podemos detener la guerra. Y eso es lo que buscamos hacer", aseguró a la AFP un responsable estadounidense.

Según ese testimonio, el presidente estadounidense está "listo para hacerlo ya, pero piensa que la UE debe hacer lo mismo". Los medios indicaron que el mensaje fue transmitido a los representantes europeos, insistiendo en que si Bruselas está dispuesta a alinearse con los aranceles, Washington actuará.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, recibió el lunes y el martes una delegación europea, en particular al responsable de las sanciones de la UE, David O'Sullivan.

En declaraciones públicas Trump se ha mostrado ambiguo sobre la posibilidad de recrudecer las presiones comerciales contra Rusia mediante tributos secundarios, pero de igual manera se ha dicho "decepcionado" por Putin y ha atizado con más presiones a Rusia. Hace alarde de su estilo contradictorio y zigzagueante. Cuando le preguntaron el domingo en la Casa Blanca sobre si estaba dispuesto a lanzar una nueva fase de sanciones contra Rusia, Trump respondió: "Sí, lo estoy".

Por su parte, Bessent ya había afirmado el domingo que Estados Unidos estaba "listo para aumentar la presión" sobre la federación eslava con el fin de poner fin a la guerra en Ucrania, llamando a la UE a hacer lo mismo.

Paralelamente, el mandatario republicano aseguró a través de su red Truth Social que las negociaciones con India para "resolver la cuestión de las barreras comerciales" entre ambos países prosiguen. Es necesario recordar que hace poco Washington impuso aranceles de 50% a India por la supuesta razón de la compra de crudo ruso, pero es sabido que el trasfondo también es el de revertir por decreto las asimetrías comerciales entre ambos países, hoy favorables al país asiático.

"¡Estoy seguro de que no habrá ninguna dificultad para llegar a una conclusión satisfactoria para nuestros dos grandes países!", exclamó Trump en su mensaje, en alusión a la India.

Sin embargo, la posibilidad de que Trump sugiera a los europeos tras bastidores imponer aranceles a India por su compra de crudo ruso perturba las posibilidades y destruye los incentivos de los indios para negociar, lo cual crea un nudo.

El hecho de que Trump también sugiera imponer aranceles sobre China por la compra de crudo ruso es una cuestión muy relevante dado que, precisamente, China ha sido el país que ha negociado en el marco de la guerra comercial frente a Estados Unidos, usando una mayor posición de fuerza y mediante inamovibles, incluso imponiendo retaliaciones al acceso de Estados Unidos a minerales críticos controlados por China.

Romper con los difíciles acuerdos en discusión sería un grave revés. Justo hace un mes los dos países extendieron por 90 días una "tregua" en su guerra comercial para dirimir discusiones muy delicadas. De ahí que la posibilidad de aplicar aranceles secundarios contra China destruiría las discusiones actuales, aceleraría la guerra comercial y esto repercutiría en las cadenas de suministros internacionales.

Un importante factor a considerar es el significado geopolítico de estas acciones. Trump espera una respuesta articulada de los países occidentales para presionar directamente a los tres miembros más importantes de los Brics, y así elevar el listón de la armamentización de la economía y el comercio.

Trump también está arruinando la relación de Estados Unidos con India al desacoplarla de la órbita estadounidense —al menos de manera coyuntural—, lo cual crea condiciones de congruencia para que se fortalezcan los lazos India-China, pese a ser adversarios históricos. De la misma manera, empujan por el afianzamiento de la relación de India con Rusia, la cual es ya bastante sólida.

Pero la posibilidad de estos aranceles repercute de manera directa en el ámbito de las economías emergentes, creando un factor de riesgo, incertidumbre e inestabilidad sobre la economía internacional, lo cual profundiza el afianzamiento de los ejes de poder en clara contradicción y choque.

Hasta ahora, según las fuentes periodísticas, pese a la postura belicista de las naciones europeas y su alto compromiso por la continuidad de la guerra proxy de la OTAN contra Rusia, los europeos se están rehusando a los aranceles a 100% contra China e India. Entienden que una medida de esas características podría generar efectos devastadores en Europa.

Sin embargo, no se debe subestimar el poder de presión y cabildeo de Trump frente a sus "socios" europeos. Es probable que, mediante actos de coerción directa, los guíe a aplicar aranceles hasta cierto punto.

Tampoco se debe descartar la incuestionable debilidad de los líderes europeos y la pérdida de autonomía estratégica de la UE. Es decir, Europa ya ha demostrado que es capaz de autoinfligirse un gran daño a su cadena de suministros, fuentes de energía, industrias y presupuestos públicos, para atender a los objetivos estratégicos de Washington. Las mismas sanciones ilegales europeas contra Rusia son un rasgo distintivo de esto.

LOS ARANCELES COMO NUEVO MÉTODO COERCITIVO

Por otro lado, es de destacar que la administración Trump está presionando a la UE para una acción articulada de aplicación de aranceles. Es sabido que Estados Unidos ha visto el debilitamiento de su metodología de sanciones unilaterales contra países-objetivo. El caso de Rusia es ilustrativo y emblemático de esa realidad.

Por tales razones están ensayando nuevos mecanismos coercitivos de gran calado, como los aranceles secundarios generales a la actividad comercial de los países.

Si bien es cierto que Washington espera revertir por decreto y presión las asimetrías comerciales que se han generado por la desindustrialización de Estados Unidos y el auge de China y otros países como competidores comerciales, también es cierto que Estados Unidos está explorando y desplegando nuevos métodos de coerción.

Los aranceles secundarios son mecanismos francos de guerra comercial y se aplican de manera indiscriminada contra países. A diferencia de las empresas y personas que son mencionadas por el Departamento del Tesoro como objeto de sanciones, los aranceles tienen un poder totalizante que afecta el conjunto total de las actividades comerciales de empresas que se desarrollan en Estados Unidos.

Venezuela es el primer país del mundo en ser foco de medidas similares, cuando se anunció un arancel de 25% por la compra de su crudo, aunque en el presente tal medida no se ha hecho efectiva, por ejemplo, contra China.

El actual gobierno en Washington apuesta por métodos que incrementen el dolor de los países y que terminen cediendo a las exigencias de los norteamericanos. Pero, al mismo tiempo, incurren en métodos que acarrearán un desacoplamiento de Estados Unidos frente a países y bloques de naciones, por enturbiar el espectro comercial internacional.

AMBIGÜEDAD Y DERIVA DE LA ESTRATEGIA "PACIFICADORA" DE WASHINGTON

Justo ahora el gobierno de Trump está en una situación similar a la del gobierno de Joe Biden en el conflicto ruso-ucraniano. Hay matices y distinciones importantes, así como una promesa de "parar la guerra en 24 horas" que no se cumplió.

Pero, en términos de facto, las armas estadounidenses siguen llegando a Ucrania, solo que esta vez es Europa la que las adquiere y las entrega al gobierno de Zelenski.

De hecho, las sanciones no han logrado sus objetivos en Rusia y ahora se habla de aranceles secundarios para "presionar" a Moscú y "debilitar el financiamiento de su maquinaria".

El gobierno de Biden proponía "arrodillar" a Rusia, mientras que el de Trump refiere "la imposición de la paz por la vía de la fuerza" y el poder de Estados Unidos, lo cual reedita algunos principios de la era Reagan.

Estados Unidos emplea el principio de la ambigüedad estratégica, al manejar simultáneamente los incentivos y presiones, tanto para Rusia como para Ucrania.

De igual manera, al ser una parte activa del conflicto —como promotor y facilitador de su continuidad—, Estados Unidos pretende ejercer la parte de juez, mediador y pacificador.

La deriva obedece a la promesa electoral de Trump de acabar con la guerra. Esto ocurre una vez que no se lograran los objetivos estratégicos de la guerra proxy de la OTAN, que son socavar las capacidades militares rusas, fragmentar su economía y lograr la capitulación de su planteamiento estratégico.

Pero el gobierno de Trump también cree que ha logrado otros grandes objetivos, como el de garantizar la reposición —con equipos estadounidenses— de armas soviéticas que países europeos dieron a Ucrania, y forzar el sometimiento de Europa a un inmenso y nuevo gasto militar que impactará favorablemente en las armamentistas norteamericanas y aliviará el gasto de Estados Unidos en la OTAN, todo a expensas de la "amenaza rusa".

Las negociaciones por la cuestión ruso-ucraniana están en una clara bifurcación. El rol ambiguo y caótico de Estados Unidos al tratar de "mediar" en el conflicto transita por una etapa que no está generando ciertos resultados y parece que, ahora, Washington pretende arrastrar la economía internacional hacia este espacio de crisis. 

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