Jue. 06 Febrero 2025 Actualizado ayer a las 5:13 pm

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La OPEP mantiene sus compromisos en medio de los nuevos desafíos geopolíticos (Foto: Agencias / Archivo)
Cautela estratégica y cambios técnicos

¿Cómo está respondiendo la OPEP ante las presiones de Trump?

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha reactivado una estrategia económica que combina políticas arancelarias agresivas con un renovado impulso por la autosuficiencia energética de Estados Unidos. Como en su primer mandato, su objetivo es claro: inducir concesiones de sus socios comerciales y fortalecer la producción interna de hidrocarburos para mantener costos energéticos bajos.

En el marco del Foro de Davos, el pasado 23 de enero el presidente estadounidense dijo: "Les pediré a Arabia Saudita y a la OPEP que bajen el costo del petróleo". La declaración no pasó desapercibida y agregó un nuevo matiz a la tradicional reunión del Comité Ministerial de Monitoreo Conjunto (JMMC) de la OPEP+, que estaba próxima a desarrollarse.

Resultados de la reunión OPEP+

El comunicado de la 58ª Reunión del JMMC reafirmó el papel fundamental del bloque como plataforma de estabilidad en el mercado petrolero global. La revisión de los datos de producción de noviembre y diciembre de 2024, junto con la evaluación de la conformidad de los países participantes en la Declaración de Cooperación (DoC), puso de manifiesto la capacidad de la organización para coordinar políticas que garanticen un equilibrio entre la oferta y la demanda de crudo.

La mención a Kazajistán e Irak en términos de mejora en su cumplimiento y la ratificación del compromiso de los países con sobreproducción para corregir los excesos reflejan la efectividad del modelo riguroso de gestión de la OPEP+, basado en el consenso y en el cumplimiento progresivo de los acuerdos.

En términos de política de producción, el JMMC ratificó los recortes previamente establecidos. La extensión del recorte de 1,65 millones de barriles diarios hasta finales de 2026 y la reducción de 2,2 millones de barriles diarios hasta el primer trimestre de 2025 muestran un enfoque de largo plazo para garantizar la estabilidad del mercado.

La modificación en el cronograma de restauración gradual de la producción, ahora extendido hasta septiembre de 2026, se traduce directamente en la reafirmación de la DoC como señal de previsibilidad en la conducción del mercado energético a los fines de evitar disrupciones y asegurar condiciones favorables tanto para los países productores como para los consumidores.

Se trata de un enfoque cauteloso ante la volatilidad de la demanda y las condiciones económicas globales.

La coalición ha restringido el grifo durante más de dos años para evitar un exceso de oferta y ha retrasado repetidamente la reactivación de la producción con el fin de sostener los precios.

Según el Ministerio de Energía de Argelia, los fundamentos del mercado siguen siendo sólidos, con una esperada recuperación de la demanda global a partir del segundo trimestre del año.

Por otro lado, este panel anunció la sustitución de las agencias Rystad Energy y la Administración de Información Energética (EIA, según siglas en inglés) por Kpler, OilX y ESAI como fuentes secundarias de monitoreo de producción, que podría interpretarse como un esfuerzo por fortalecer la precisión y confiabilidad de los datos.

¿A qué obedecen los cambios en el mecanismo de monitoreo?

Pueden obedecer a varias razones estratégicas y técnicas.

En primer lugar, la plataforma petrolera ha expresado en múltiples ocasiones su descontento con ciertas metodologías utilizadas por agencias occidentales para estimar la producción de crudo, especialmente cuando estas difieren de las cifras oficiales de los países productores.

La EIA, como agencia del Departamento de Energía de Estados Unidos, maneja un enfoque alineado a los intereses estratégicos de Washington, lo que podría generar fricciones con la OPEP+, en particular cuando sus proyecciones afectan las expectativas del mercado y contribuyen con la volatilidad de los precios.

Por otro lado, Rystad Energy es una consultora privada con sede en Noruega que ha ganado relevancia en la industria, pero su modelo de estimación depende en gran medida de datos satelitales, reportes de la industria y modelos estadísticos propios.

Si el comité considera que estos cálculos no reflejan con precisión la realidad de la producción de sus integrantes, el cambio puede responder a una necesidad de equilibrar la narrativa del mercado y la fiabilidad de la información utilizada para, finalmente, tomar decisiones estratégicas.

En cambio, el nombramiento de Kpler, OilX y ESAI sugiere una preferencia por fuentes con mayor especialización en el monitoreo de flujos de carga y análisis de comercio energético en tiempo real.

Kpler, por ejemplo, es reconocido por su uso de tecnología avanzada para rastrear cargamentos de crudo y productos refinados, lo que podría proporcionar datos más dinámicos y actualizados. OilX combina inteligencia artificial con datos de imágenes satelitales y modelos de análisis en tiempo real, mientras que ESAI Energy es una consultora con una reconocida capacidad de análisis en los mercados energéticos globales.

En definitiva, estos ajustes podrían indicar una estrategia de la OPEP+ para diversificar sus fuentes de información, reducir la dependencia de agencias con posibles sesgos geopolíticos y fortalecer su propia capacidad analítica porque, evidentemente, en un contexto donde la percepción del mercado influye directamente en los precios del petróleo, la OPEP necesita garantizar que los datos utilizados para evaluar el cumplimiento de sus acuerdos sean precisos.

¿Y Trump?

En una entrevista con el canal estatal Rossiya 24, el viceprimer ministro ruso Alexander Novak afirmó que la petición de Trump de aumentar la producción de petróleo "fue abordada parcialmente, de una manera u otra". Agregó que el tema sigue en la agenda, enmarcado en un análisis del mercado y el funcionamiento del acuerdo actual dentro de la OPEP+.

La administración estadounidense ha sostenido, al menos en el discurso, una política energética centrada en fortalecer la producción nacional de hidrocarburos con el objetivo de reducir los precios de la energía y disminuir la dependencia de fuentes extranjeras.

No obstante, esta estrategia se enfrenta con realidades complejas. Por un lado, la OPEP+ ha mantenido una postura prudente ante las presiones de Washington. Mukesh Sahdev, director de mercados globales de materias primas en Rystad Energy AS, señala que el bloque enfrenta un "nuevo desafío con los aranceles del presidente Trump" y que, en respuesta, "es probable que actúe con cautela, equilibrando sus esfuerzos para estabilizar los precios y, al mismo tiempo, lidiando con las tensiones geopolíticas".

Esta no es la primera vez que la OPEP+ ha debido manejar presiones de Washington. En 2018 el grupo ya enfrentó sanciones unilaterales contra Irán y decidió no incrementar la producción para evitar que los países hostigados perdieran sus cuotas de mercado.

Ahora, con un nuevo escenario de sanciones sobre Irán y Rusia, la OPEP+ sigue un abordaje similar: evitar movimientos abruptos hasta evaluar el impacto real en la oferta global. Así lo subraya Jim Burkhard, vicepresidente de investigación de S&P Global Commodity Insights, al señalar que la plataforma esperará a ver si las sanciones generan una escasez efectiva de suministro antes de tomar decisiones.

Mientras tanto, el presidente estadounidense encara su propio dilema. Por un lado, busca mantener los precios del crudo bajos para beneficiar a los consumidores estadounidenses, pero al mismo tiempo utiliza las sanciones ilegales energéticas como herramienta de presión geopolítica.

Si restringe demasiado la oferta global con tales medidas, los precios del crudo podrían dispararse. En este contexto, la producción de esquisto en Estados Unidos podría verse beneficiada, pero, al mismo tiempo, eso se traduciría en no cumplir la promesa de bajos precios energéticos para el consumo.

Por otro lado, la OPEP+ mantiene su postura de no ceder a presiones externas sin razones de peso. Ellen Wald, presidenta de Transversal Consulting, apunta que Arabia Saudita podría argumentar que, dado que EE.UU. es el mayor productor de petróleo del mundo, Trump debería enfocarse en incentivar la producción doméstica en lugar de exigir ajustes a la OPEP.

En este escenario, tanto la OPEP+ como Washington se mueven con cautela. Para el bloque exportador, el desafío es mantener el equilibrio entre sus propios intereses y las exigencias externas. Para Trump, el reto es evitar que su propio programa de sanciones y aranceles termine socavando la estabilidad de los precios que tanto busca garantizar.

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