Mié. 02 Abril 2025 Actualizado ayer a las 6:02 pm

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La probable represalia de Teherán podría hundir los mercados mundiales, disparar los precios del petróleo y llevar el dolor económico directamente a la población estadounidense (Foto: The Cradle)

Cómo una guerra con Irán (por Israel) podría hundir la economía de EE.UU.

Los "vientos de guerra" soplan hacia Irán. Esta es la guerra por la que los donantes israelíes Sheldon y Miriam Adelson, junto con organizaciones proisraelíes como el Aipac y la ADL, pagaron al presidente estadounidense Donald Trump cientos de millones de dólares durante dos ciclos electorales.

Pero no es solo el lobby israelí el que hace sonar los tambores; los evangélicos estadounidenses —especialmente grupos como "Cristianos Unidos por Israel"— también apoyan la confrontacion creyendo que "salvará a Israel" de la "amenaza iraní". El número de miembros evangélicos en el 119º Congreso (2025-27) es elevado. La guerra contra Irán —aun— no es popular en Estados Unidos pero —al igual que con Irak— el consentimiento será fabricado por las élites de Washington y los medios de comunicación.

El acercamiento de Trump al presidente ruso Vladímir Putin para resolver la guerra en Ucrania tiene en parte como objetivo volver a centrar la atención del Pentágono en Asia Occidental. Supone que una guerra con Irán a principios de 2025 "salvará a Israel" y asegurará su legado, lo cual le permitirá centrarse en "America First" durante el resto de su mandato.

Pero la guerra contra Irán también podría resultar desastrosa, hundir su presidencia y desbaratar las ambiciones de aspirantes republicanos para 2028 como Marco Rubio y J.D. Vance. Para empezar, en caso de que la campaña militar encuentre alguna reacción imprevista —lo cual es muy probable, y la razón por la que el Pentágono ha evitado asiduamente la confrontación directa con Irán—, el Partido Demócrata podría volver a ocupar ambas cámaras del Congreso tras un desplome de la bolsa estadounidense y una recesión desencadenada por la guerra.

Respuestas militares de Irán

Los dirigentes iraníes han prometido represalias "devastadoras" ante cualquier ofensiva en su territorio. Esto implicaría probablemente ataques con misiles contra objetivos militares israelíes y estadounidenses, y posiblemente contra infraestructuras y objetivos económicos dentro del Estado ocupante. Si Israel utiliza armas nucleares tácticas contra las instalaciones nucleares iraníes, Teherán escalará aun más.

Se utilicen o no armas nucleares, la guerra conmocionaría la economía mundial, dispararía los precios del petróleo y paralizaría el tráfico marítimo a través del estrecho de Ormuz. El mayor impacto recaería sobre los países más dependientes del petróleo de Asia Occidental.

La economía estadounidense puede verse menos afectada a corto plazo. Sus mercados bursátiles, que ya han caído 10% desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, seguirían bajando, pero el presidente apuesta a que los hogares no sentirán el dolor. Pero si la República Islámica lanza una guerra económica que "traiga la guerra a casa", la dinámica política cambiará.

Guerra económica

La mayoría de los estadounidenses son ajenos a la noción y las consecuencias de la guerra porque, desde la Guerra de Secesión, los conflictos de Estados Unidos se han librado lejos de sus fronteras. Incluso durante las guerras mundiales, aunque las familias estadounidenses sufrieron pérdidas personales, la nación no padeció un sufrimiento generalizado, a diferencia de Gran Bretaña, que impuso el racionamiento de alimentos desde 1939 a 1954.

La "Guerra Global contra el Terrorismo" afectó algunas comunidades, pero no al país. Las tropas estadounidenses bromeaban a menudo en Irak: "Estamos en guerra; Estados Unidos está en el centro comercial". Los estadounidenses siguieron gastando y disfrutando de la vida, mientras los iraquíes y los soldados de ocupación estadounidenses soportaban los brutales costes.

Los dirigentes iraníes comprenden esta desconexión. El mercado de valores estadounidense es un objetivo tentador. En 1929, al comienzo de la Gran Depresión, solamente 2,5% de los estadounidenses poseía acciones. Hoy, alrededor de 61% de los adultos estadounidenses —unos 160 millones de persona— posee acciones a través de cuentas privadas, planes de pensiones o de jubilación.

Si tenemos en cuenta a los niños de estos hogares, unos 200 millones de estadounidenses están expuestos a las fluctuaciones del mercado. Otros billones de dólares están invertidos por empresas, universidades e instituciones extranjeras. La exposición es profunda.

La economía estadounidense es frágil. Mark Zandi, economista jefe de Moody's, advirtió que el riesgo de recesión es "incómodamente alto y va en aumento". El 19 de marzo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, mantuvo estables los tipos de interés, citando la ralentización del gasto de los consumidores y la creciente incertidumbre. Trump, temeroso de las consecuencias económicas, montó en cólera en Truth Social por la negativa de la Reserva a bajar los tipos. Anunció aranceles de represalia que entrarían en vigor el 2 de abril.

La deuda de los hogares va en aumento —18,04 billones de dólares en el cuarto trimestre de 2024—, con un incremento de los impagos de préstamos para automóviles y tarjetas de crédito. Los estadounidenses, al igual que el gobierno federal, gastan a crédito. Los inversores se endeudan ante sus carteras con préstamos de margen. Si los valores de las acciones caen, las ventas forzadas para cubrir las deudas podrían intensificar el colapso del mercado. Los "ajustes de márgenes" (demandas de reembolso de préstamos) desempeñaron un papel más importante en la agitación económica subsiguiente que la caída del mercado de 13% el 28 de octubre de 1929.

La economía estadounidense ya está sometida a tensiones y los consumidores están excesivamente apalancados. Un fuerte choque externo podría empujarla a una profunda recesión. Los mercados bursátiles se desplomarían y acabarían con los ahorros para pensiones y con la riqueza privada.

Hasta dónde caigan los mercados dependerá de la fuerza del golpe de Irán. La actual caída de 10% ya ha hecho daño. Una caída mayor, de 25% a 50%, paralizaría la economía, provocaría despidos y quiebras, y restringiría el crédito. Eso suprimiría el gasto de los consumidores y hundiría el mercado inmobiliario, como en 2008.

Los objetivos de Teherán

Como han repetido a menudo los dirigentes iraníes: "Si Irán no puede vender petróleo, nadie lo hará". Si las fuerzas estadounidenses o israelíes vulneran petroleros o infraestructuras iraníes, es probable que Teherán ataque los intereses económicos estadounidenses y los sectores petroleros de cualquier Estado árabe del golfo Pérsico que apoye las arremetidas permitiendo el lanzamiento de cazas, aviones no tripulados o misiles desde sus territorios.

El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, en inglés) puede optar por atacar Baréin, un objetivo militar obvio porque alberga el Mando Central de las Fuerzas Navales de Estados Unidos. Además de los emplazamientos militares, Irán podría arremeter sobre la refinería de la Bahrain Petroleum Company, que procesa 270 mil barriles diarios, junto con su terminal marítima y sus instalaciones de almacenamiento de petróleo.

La explotación petrolífera contiene 14 millones de barriles, combustible de sobra para un ataque espectacular. Irán también podría destruir la Calzada del Rey Fahd, que conecta Baréin con Arabia Saudita, para impedir que Riad envíe tropas terrestres a reprimir los disturbios entre la población mayoritariamente chií de Baréin, como hizo durante el levantamiento de 2011.

También en Irak es casi seguro que las bases militares estadounidenses sean atacadas. Además, las facciones alineadas con Irán dentro de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) pueden intentar capturar a los 2 500 soldados estadounidenses que siguen estacionados allí, no para matarlos sino para tomarlos como rehenes.

Los cautivos vivos serían mucho más valiosos, y así se crearía un escenario de pesadilla para Trump que serviría como un recordatorio agudo a los estadounidenses —que a menudo olvidan las guerras que una vez apoyaron— de que sus tropas permanecen en Irak más de dos décadas después de la invasión de 2003. Estos prisioneros de guerra estarían probablemente dispersos por todo el país, lo que dificultaría las misiones coordinadas de rescate y los convertiría en moneda de cambio en cualquier negociación futura.

Jordania, que permitió los sobrevuelos israelíes el año pasado en octubre durante los ataques de represalia de Irán y antes en abril, es probable que vuelva a hacerlo y podría enfrentarse a importantes consecuencias. Además de la refinería de petróleo de Zarka, las fuerzas iraníes podrían atacar objetivos políticos, militares y de inteligencia. Esta ofensiva provocaría sin duda malestar entre la población jordana, la mayoría de ascendencia palestina y que ya alberga quejas contra sus dirigentes por su connivencia con Tel Aviv.

Los Emiratos Árabes Unidos —si son cómplices de los ataques— podrían enfrentarse a embates militares contra sus infraestructuras energéticas y centrales eléctricas, como los que sufrieron durante su guerra con Yemen. Los Emiratos son especialmente vulnerables debido a su composición demográfica: cerca de 88% de su población está formada por trabajadores extranjeros. Si esos trabajadores huyeran tras los ataques, la economía del país se pondría de rodillas.

Es probable que Catar y Omán reciban un trato diferente. Mascate, con su política exterior neutral de larga data en la región, ha mantenido relaciones cordiales con Irán, y probablemente no participará en una agresión militar estadounidense. Doha también mantiene relaciones relativamente buenas con Teherán, aunque alberga la base aérea Al-Udeid del Mando Central estadounidense (Centcom) y ha trabajado para frustrar los intereses iraníes en Siria. Irán podría atacar el cuartel general del Centcom en Asia Occidental, pero es poco probable que ataque otros activos cataríes.

Arabia Saudita presenta un escenario más complejo. Aunque tanto Rusia como China han fomentado la reconciliación entre Irán y Arabia Saudita, es posible que el reino no permanezca al margen. Si participa en las hostilidades, se convertiría en un objetivo prioritario.

Aunque Riad se mantenga neutral, Irán podría atacar su oleoducto Este-Oeste, que termina en el puerto de Yanbu. Este oleoducto, construido en 1982 para evitar el golfo Pérsico, suministra más de 3 millones de barriles diarios a Europa.

El puerto, la refinería y las terminales de exportación de Yanbu, algunas de las cuales se explotan en asociación con empresas occidentales, serían objetivos naturales. El cierre simultáneo del estrecho de Ormuz y la interrupción del tráfico en el mar Rojo bloquearían la exportación de unos 5 millones de barriles diarios. Aunque el exinspector de armamento de la ONU, Scott Ritter, predijo que los precios del petróleo podrían subir hasta 120 dólares por barril, Irán podría ser capaz de elevarlos hasta 200 dólares.

China, al tomar represalias contra los aranceles de Trump, actuó estratégicamente. Solo importa 7% de su carne de cerdo desde Estados Unidos, pero la mayoría de los productores de cerdo están en "estados rojos" republicanos. Apuntar a ese sector perjudicó directamente la base de Trump.

Aunque el aumento de los precios del petróleo y la agitación económica mundial perjudicarían a los aliados de Irán y al Sur Global, los adversarios de Irán en Estados Unidos, Reino Unido, Israel y la UE son los que más perderían. Si Irán libra una guerra económica inteligente, incluso los evangélicos podrían empezar a preocuparse más por sus facturas de la compra que por acelerar la reconstrucción del "Tercer Templo" y otras profecías apocalípticas.


El Dr. Shivan Mahendrarajah es miembro de la Royal Historical Society. Se educó en la Universidad de Columbia y obtuvo su doctorado en Historia del Medio Oriente e Islámica en la Universidad de Cambridge. Shivan es autor de artículos de historia revisados por pares sobre el Islam, Irán y Afganistán; sobre contrainsurgencia; al Qaeda y los movimientos talibanes de Afganistán y Pakistán.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la web de The Cradle el 21 de marzo de 2025 y fue traducido para Misión Verdad por Spoiler.

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