El presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros, anunció a modo de balance preliminar la cifra de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional correspondiente con el primer semestre de este año.
La economía venezolana habría mantenido la tendencia de mayor incremento acumulado en la región sudamericana, con 7,71% en los primeros seis meses.
Durante los primeros dos trimestres de este año la economía ha repuntado 9% y 6,65%, respectivamente.
"Tenemos ya consolidados 17 trimestres de crecimiento estable", señaló el presidente. De igual manera, aludió a la diversificación económica, la superación del rentismo y el incremento general de la producción nacional con fines de abastecimiento interno y exportación.
EL CRECIMIENTO POR SECTORES
El presidente venezolano aseguró tal nivel de impulso gracias a una "sólida recuperación de sectores estratégicos".
La actividad petrolera repuntó 14,99%, mientras que la minería lo hizo 11,23%, indicó.
También crecieron otros sectores: alojamiento y servicios de comida (8,25%), comercio (7,19%), telecomunicaciones (7,13%) y manufactura (6,24%).
Además de la actividad extractiva resalta el aumento del consumo y del turismo. Las transacciones comerciales crecieron 30% y el turismo aumentó 77% respecto al año anterior. La recaudación tributaria también mostró un avance de 12,8%.
En el ámbito agropecuario, el presidente Maduro señaló un incremento de 7% en la producción animal, en la que destacan los aumentos en carne de pollo (14%), leche caprina (11%) y leche de búfala (10%).
La expansión del crédito bancario, factor que incide en los ámbitos de la inversión y del consumo, también acompañó la tendencia general con un alza de 21,8% en los últimos 12 meses.
LOS COMPONENTES DEL CRECIMIENTO
El principal pilar de esta tendencia de crecimiento corresponde con las actividades de hidrocarburos. Como es sabido, este es un factor medular de la economía venezolana y, acorde a la literatura económica del país, representa tradicionalmente más o menos 15% del PIB.
Estos datos son relevantes por su contexto. En marzo el gobierno de Donald Trump derogó licencias petroleras favorables a la estadounidense Chevron y otras empresas extranjeras presentes en Venezuela. Esto suponía un declive acelerado en la producción de barriles de crudo y otros productos derivados.
Pero la tendencia de incremento en el rubro se mantuvo.
"Con Chevron o sin Chevron Venezuela va avanzando con esfuerzo propio. Cuando [las licencias] estuvieron en el limbo, crecimos en los campos petroleros; creció la producción con pulmón propio, por los trabajadores", indicó el mandatario.
"El sector de hidrocarburos tiene un crecimiento increíble", remarcó el Jefe de Estado.
Las razones del comportamiento en el sector refieren la rápida adaptación de la industria petrolera al contexto de sanciones ilegales, y mantuvieron una política de contrataciones, flujo de servicios a la actividad y comercio exterior, mediante métodos evasivos.
Sin embargo, el sector minero se une a los hidrocarburos como actividad primaria impulsora del crecimiento.
Un dato destacado fue el impulso simultáneo en la manufactura (6,24%) y comercio (7,19%). Claramente, este dato refleja un repunte de la demanda de bienes y servicios en la economía.
Estas cifras también deben asociarse con las dinámicas económicas surgidas a partir de la interrupción de las licencias petroleras pues se estimó que el efecto negativo de la política de Washington pudo colateralizarse en otras áreas no petroleras, tal como ocurrió durante el ciclo de "máxima presión" en 2017-2020.
No obstante, Venezuela podría estar experimentando la confluencia de varios factores que estimulan la economía al terreno positivo.
Uno de ellos es el aumento del crédito, el cual se asocia con el incremento de la actividad de pequeñas y medianas empresas, así como con el flujo de dinero para el consumo de diversos bienes.
En el caso de la actividad industrial, desde hace meses se han proyectado datos favorables fuera del ámbito del gobierno venezolano. En abril Luigi Pisella, presidente del gremio Conindustria, que reúne a empresas del sector secundario, indicó que esperan el crecimiento de la actividad industrial 11% en este año.
Uno de los titulares de esas estimaciones es el regreso, en proporciones modestas, de los procesos de ensamblaje de vehículos en el país. Algunas empresas fabricantes chinas y otras estiman ensamblar entre 13 y 14 mil vehículos de diferentes tipos en Venezuela este año con el fin de atender una demanda estimada en 35 mil unidades, que serán comercializadas en el mismo periodo.
Según la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez), este rubro incrementará su actividad 116% en comparación con 2024.
En el caso de la actividad comercial, específicamente en el sector de supermercados y autoservicios, la asociación privada ANSA indicó un crecimiento de las actividades de sus agremiados de 20%, solo en el primer trimestre de este año.
Otro componente de los datos positivos es el incremento de ciertas exportaciones no petroleras, como hierro, acero, aluminio, licores, cemento, madera y algunos derivados petroleros. Una considerable parte de estas nuevas exportaciones va a Colombia.
Otros productos del sector agroalimentario se están posicionando en el mercado asiático e, incluso, se ha reportado el incremento de exportaciones de café venezolano hacia Estados Unidos.
En junio la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) subrayó que, durante los primeros cuatro meses de 2025, las exportaciones no petroleras de Venezuela aumentaron 87,66% en comparación con el mismo lapso del año anterior.
La tendencia general que ilustran estos números es el despegue de una política efectiva de sustitución de importaciones y diversificación de exportaciones, las cuales se traducen en un incremento de las actividades económicas generales y del flujo de bienes y servicios. Esta es una de las estrategias motrices en el impulso a los 13 motores económicos, tal como ha sido contemplado en la política económica bolivariana.
Hace poco la vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, señaló ante el gremio empresarial Fedecámaras que, pese a diversas diferencias ideológicas entre el sector privado y el gobierno nacional, había importantes puntos de congruencia para construir dinámicas de trabajo conjunto.
Rodríguez destacó el diálogo constante, con más de 40 encuentros de alto nivel entre empresarios y el gobierno en los últimos dos años.
Además dijo que el rechazo a las sanciones ilegales por parte de los sectores económicos creaba un espacio de coincidencia para el trabajo articulado en favor de la recuperación económica. Esta dinámica es notable, tomando en conjunto los datos que dan sentido al presente de optimismo y recuperación de una economía asediada y quebrada frente a las agresiones internas y foráneas.