Grandes jugadores de Eurasia equilibran sus relaciones pese a presiones de EE.UU.
Las relaciones internacionales constituyen una de las áreas más exitosas de la gestión de Narendra Modi —ya en su tercer mandato como primer ministro de la India—, entre otras, en su aproximación hacia Asia occidental, incluido Irán, actualmente bajo el gobierno de Masoud Pezeshkian, electo en 2024 en elecciones anticipadas tras la muerte de Ebrahim Raisi.
El escenario global se ha modificado. Por ejemplo, se empieza a negociar la paz entre Rusia y Ucrania —las delegaciones estadounidenses y rusas, reunidas sin presencia de países de la Unión Europea ni de Ucrania, designaron en Riad "equipos de alto nivel" para avanzar en ello— e Irán manifestó estar dispuesto a retomar las negociaciones con Estados Unidos acerca de su programa nuclear, aunque exigió el cese de las políticas de presión luego de que Trump anunciara el restablecimiento de una serie de sanciones que da continuidad a su primer mandato, cuando revocó unilateralmente el acuerdo nuclear iraní al tiempo que se firmaron los Acuerdos de Abraham, que buscaban formalizar el compromiso de Israel con el mundo árabe.
En octubre de 2025 se dará la última oportunidad para que las potencias mundiales pongan en marcha el mecanismo de reactivación de las sanciones que se levantaron con el Plan de Acción Integral Conjunto, e Irán ya amenazó con que dicha reactivación llevaría a su retirada del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Por otra parte, en el otro gran conflicto asiático, la guerra en Gaza continúa cobrándose víctimas y amenaza con expandirse hacia Líbano. Más allá de treguas parciales, no puede descartarse una posible escalada del conflicto, considerando entre otros el apoyo de Irán a Hezbolá. Asimismo, recordemos que en 2023 se firmó el acuerdo de paz entre Arabia Saudita e Irán, negociado por China, al tiempo que Irán se sumó a la Organización de Cooperación de Shanghái y a los Brics, espacios que comparte con India, de la que recibió apoyo para su ingreso.
Irán estableció además asociaciones de carácter estratégico con China y Rusia. En el primer caso, en 2021, ambos países firmaron un acuerdo de cooperación estratégica de 25 años para profundizar la sinergia comercial, económica y de transporte. Y con el gobierno ruso, en enero de 2025 el iraní firmó un tratado de asociación estratégica integral, que cubre áreas desde comercio y cooperación militar hasta ciencia y educación.
A su turno, India se presenta como un socio confiable, y ya hacia 2022 la prensa de ese país señaló que Irán había propuesto al gobierno de Modi la firma de un acuerdo similar al que ese país firmó con China y que el Ministerio de Relaciones Exteriores examinaba la idea.
Lazos históricos
En este mapa vibrante de Asia, India e Irán tienen lazos históricos y culturales, incluso compartieron fronteras comunes en la época de la India británica. Ya en tiempos modernos, tras la independencia india en 1947, ambos Estados firmaron un tratado de amistad en 1950. En 2001 suscribieron la Declaración de Teherán durante la visita del primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee, y en 2003 efectuaron la Declaración de Nueva Delhi durante la visita del presidente iraní, Seyyed Mohammad Khatami, a India, a donde llegó como invitado de honor para la celebración del Día de la República.
Ese contexto no escapó a los alcances de las sanciones occidentales a Irán por su cuestionado programa nuclear. Sin embargo, en medio de tales limitaciones, el primer ministro Modi visitó Irán en 2016 y el presidente iraní, Hassan Rouhani, hizo lo propio en 2018. De tales visitas resultó la firma de varios acuerdos sobre comercio, conectividad y tránsito hacia Asia Central y Afganistán. En ese marco se dio la construcción del puerto iraní de Chabahar, que contó con inversión india y sobre el cual se selló en 2024 un acuerdo bilateral para la operación india de dicha instalación por 10 años. Durante este período India continuará desarrollándolo y utilizará su infraestructura para sus propias exportaciones, pese a presiones en contrario que ejerció Estados Unidos. Chabahar se encuentra en el sudeste de Irán, cercano a diversos puertos indios, entre ellos el de Mumbai.
Chabahar también tiene el potencial de convertirse en un vínculo crucial en el Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur. Se trata de un canal de carácter multimodal iniciado por India, Irán y Rusia, acordado en 2000. Tiene una extensión de 7 200 kilómetros, está formado por vías férreas, carreteras y vías navegables y tiene el objetivo de impulsar la conectividad con las repúblicas de Asia Central sin litoral. Se sumaron a él diversos países (Kazajstán, Bielorrusia, Omán, Tayikistán, Armenia, República Árabe Siria, Kirguistán, Türkiye y Ucrania), mientras Bulgaria se mantiene como país observador y Letonia y Estonia manifestaron su voluntad de sumarse. Se articula con el Acuerdo de Ashgabat (de transporte multimodal entre los gobiernos de Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Irán, India, Pakistán y Omán) que apunta a crear un corredor internacional de transporte y tránsito que facilite el transporte de mercancías entre Asia Central y el golfo Pérsico, que entró en vigor en 2016.
Por medio del acuerdo sobre el corredor, India busca tener un fácil acceso a los países de Asia Central sin tener que pasar por Paquistán, lo cual mejora las condiciones de exportación de sus productos a los países del norte y centro de Asia, al tiempo que puede importar hidrocarburos por un costo menor. De igual modo, tanto India como Irán esperan poder interpelar la dependencia económica afgana sobre Paquistán a través del movimiento desde Chabahar, articulado al corredor —aun y cuando existe un MOU firmado entre Irán y Paquistán para aumentar su acción complementaria en torno de los puertos de Chabahar y Gwadar, este último con inversión china y parte importante de la Iniciativa de la Franja y la Ruta—. El corredor entró en funcionamiento en 2022 y la ruta actual facilita el movimiento de cargas: resultó 30% más barata y 40% más corta que la ruta habitual.
Relevancia de Irán y obstáculos y facilitadores del lazo bilateral
Irán proporciona enlaces críticos hacia las zonas del Levante, Asia Central y el sur de Asia, y es al mismo tiempo una importante reserva de recursos naturales. Es una potencia regional que posee la capacidad para controlar y estrangular el movimiento de barcos a través del estrecho de Ormuz, el canal más importante para los envíos internacionales de petróleo proveniente de los principales países productores de la región y 20% de la producción mundial de crudo pasa por este lugar. Es, además, un país militarmente poderoso, que desarrolló en las décadas pasadas una intrincada red de milicias y representantes en la región. En lo que hace a su programa nuclear, el informe del Organismo Internacional de Energía Atómica, de febrero de 2024, señala que el país continúa enriqueciendo uranio a grados muy altos de pureza y que su arsenal de uranio enriquecido es de 5 525 kg, siendo 2025 un año crucial para su desarrollo.
Las reservas energéticas de Irán (petróleo y gas natural) constituyen su principal fortaleza económica, con la tercera reserva de crudo —su producción aumentó más de 20% en 2024— y la segunda de gas natural en el ranking mundial.
Existen, por otra parte, diversos factores a modo de obstáculos en la relación bilateral, como la suspensión por parte de la India de las importaciones de petróleo desde Irán después de mayo de 2019, tras la reanudación de las sanciones estadounidenses, luego de revocar unilateralmente el acuerdo nuclear con Irán. También concurre la estrecha relación de India con Israel, así como la expansión de los lazos de Irán con China. En lo que hace a otras temáticas, que los implican, India se mantiene neutral sobre la guerra civil en Yemen, en la cual Irán participó y apoyó a los rebeldes hutíes que atacaron a aliados de India en 2019, año cuando Irán emitió una declaración crítica de la abrogación del estatus especial de Jammu y Cachemira por parte de India. Cabe recordar que durante el segundo mandato de Modi se dio la revocación del artículo 370 de la Constitución de India, que le daba al estado de Jammu y Cachemira —de mayoría musulmana— un elevado nivel de autonomía, lo que suscitó un seguimiento global del tema y numerosas protestas.
Pero también hay elementos facilitadores de la relación bilateral. Entre ellos puede mencionarse el acuerdo de paz entre Arabia Saudita e Irán, que permitió su reconciliación. Por otro lado, la inclusión de Irán en la Organización de Cooperación de Shanghái y los Brics en 2023, que contó con el apoyo de India. En lo atinente al conflicto de Gaza, India se ha mantenido siempre en apoyo de la solución de dos Estados. A ello cabe agregar el vínculo estrecho de Irán y Catar —que tiene a Irán como un aliado clave, que le ofreció ayuda cuando fue expulsado del Consejo de Cooperación del Golfo en 2017, tras romper relaciones diplomáticas con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin—. Catar también emergió como un actor importante en los esfuerzos por poner fin a la actual guerra en Gaza.
Por su parte, las relaciones de India con los países del Golfo son un eje fundamental de su política exterior, atendiendo a los intereses compartidos entre ambas partes, los nueve millones de trabajadores indios en el Golfo —que implican valiosas remesas para su país de origen— y un volumen de intercambio comercial significativo: más de 184 mil millones de dólares en el periodo 2022-2023.
Con la política del expresidente Raisi ("política de vecindad", siyasat-e-hamsayegi) y el acuerdo de paz con Arabia Saudita ya en vigor, Irán mantiene relaciones diplomáticas plenas con ese país tanto como con Emiratos Árabes Unidos. En mayo de 2024 Irán y este último celebraron la primera sesión de su Comité Económico Conjunto con vistas a impulsar su cooperación económica. También los lazos entre Irán y Egipto, interrumpidos durante décadas, están mejorando. Por ejemplo, en 2024 el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, se reunió con su homólogo egipcio, Sameh Shoukry, en el marco de la 15ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización para la Cooperación Islámica con el fin de tratar esa mejora, y Shoukry visitó Irán para asistir al funeral de Raisi. Por su parte Egipto es uno de los socios económicos más importantes del continente africano para India, y el presidente Abdel Fattah el-Sisi fue invitado de honor en el Día de la República en 2023.
Por otro lado, Irán aprovechó la retirada estadounidense de Afganistán en 2021 para entablar relaciones con los talibanes y la finalización del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur en aras de posicionarse como un importante centro de comercio transcontinental, al mismo tiempo que se fortaleció militarmente. Así, hoy es uno de los principales fabricantes masivos de drones armados en la región. En línea con ello, en enero de 2025 el secretario de Asuntos Internacionales de India, Vikram Misri, sostuvo un encuentro en Dubái con el ministro de Relaciones Exteriores talibán, Amir Khan Muttaqi, para expandir el comercio entre India y Afganistán y analizar el uso del puerto de Chabahar, entre los principales puntos de la agenda.
Oportunidades
En las últimas gestiones entre Irán e India, las relaciones bilaterales se mantuvieron. Rouhani y Modi intercambiaron visitas en 2016 y 2018, respectivamente, y firmaron múltiples acuerdos; de igual modo, Raisi y Modi tuvieron intercambios fructíferos en encuentros paralelos a foros multilaterales. Por su parte el actual presidente, Masoud Pezeshkian, se encontró con Modi en la Cumbre de Brics en Rusia en octubre de 2024 para abordar cuestiones bilaterales y regionales.
Asimismo, a fines de 2024 se desarrolló el Tercer Grupo de Trabajo sobre el puerto de Chabahar entre India, Irán y Uzbekistán y la Segunda Mesa de Consultas Trilaterales entre Irán, India y Armenia —donde fue central la temática del corredor— en enero de 2025. Además, se llevó a cabo en Delhi la XIX Consulta entre los Ministerios de Asuntos Exteriores de Irán y la India, la XlV Consulta Consular entre ambos países y se produjo en ese marco el encuentro del viceministro de Asuntos Políticos de Irán, Majid Takht Ravanchi, con el canciller indio, S. Jaishankar.
Lo cierto es que en el contexto de un compromiso renovado entre ambos países, el suministro de energía será crucial. El reanudar importaciones de petróleo desde Irán permitiría a India diversificar más su cartera, que todavía depende de combustibles fósiles para su seguridad energética e, incluso, India podría considerar negociar con Irán el almacenamiento de reservas estratégicas de petróleo en su territorio, como hace con Emiratos Árabes Unidos desde 2024.
En lo que refiere al gas, desde la década de 1990 se discute la construcción de un gasoducto Irán-Omán-India, pero no se ha avanzado. Actualmente el mayor proveedor de gas natural hacia India es Catar, con Emiratos Árabes Unidos como otro surtidor relevante. Sin embargo en 2022, durante la visita del presidente iraní Raisi a Omán, esos países acordaron desarrollar dos gasoductos submarinos y un yacimiento petrolífero a lo largo de sus fronteras marítimas. Si eso avanzara, su extensión a India amplía la posibilidad de concreción del proyecto y podría compensar el fracaso del gasoducto Irán-Paquistán-India —India se retiró del proyecto, una vez más, por presiones de Estados Unidos en 2009, y el mismo siguió como un proyecto entre Irán y Paquistán— y facilitaría el suministro ininterrumpido de gas natural hacia India, lo que redundaría en un aumento de su seguridad energética.
La conexión del puerto de Chabahar con el Corredor de Transporte Internacional Norte–Sur facilitaría el movimiento de mercancías entre India y los países de Asia Central. Podría aprovechar su ubicación para asegurar aislar el comercio de la India de cualquier amenaza de cierre de rutas marítimas por conflictos en la región del golfo Pérsico.
Una cooperación militar más estrecha con Irán también convendría a India. Los dos Estados habían firmado un acuerdo de cooperación en materia de defensa en 2001, pero no se concretó principalmente debido a las sanciones sobre Irán. Si ellas se alivianasen, se podría impulsar esa cooperación: así como India ha crecido en lo que hace a la fabricación y proyección de armas en la región, también Irán ha desarrollado misiles balísticos de corto y mediano alcance, misiles hipersónicos y drones armados. Asociado con ello, también la lucha conjunta contra el terrorismo podría crecer en la relación bilateral, por ejemplo en la realización de más ejercicios militares conjuntos. Una cooperación naval entre ambos ayudaría también a garantizar el tránsito seguro de los buques indios al contrarrestar factores como la piratería en la región.
Notas Finales
En su nuevo mandato Modi busca fortalecer más la convergencia estratégica de India con Asia Occidental. De modo similar, Irán procura consolidar sus logros diplomáticos de los últimos años, sumando socios confiables.
Los lazos históricos comunes contribuyen a potenciar la relación bilateral, al tiempo que India e Irán resultan relevantes el uno para el otro en términos geopolíticos y económicos. Irán constituye una puerta de entrada a Afganistán y Asia Central. Es, dentro de la visión india, un socio energético de importancia y puede serlo también en la lucha contra el terrorismo.
El proyecto del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur potenciará la conectividad desde el océano Índico hasta el mar Báltico, y así India podría sumar otros posibles miembros al acuerdo, como Japón o países del sudeste asiático. Contribuirá con ello su sincronización con otras iniciativas de transporte existentes en Asia Central, como la Cooperación Económica del Mar Negro (Armenia, Azerbaiyán, Bulgaria, Federación de Rusia, Georgia, Grecia, Moldavia, Rumania, Serbia, Türkiye y Ucrania), el Acuerdo de Ashgabat, etcétera, aunque será preciso revisar el modo de evitar choques con la iniciativa china de la Franja y la Ruta y solucionar los eslabones faltantes en el proyecto, como los relacionados con el desarrollo ferroviario en Irán y Armenia, que dificultan el movimiento fluido de la carga.
Finalmente, sin desconocer la compleja red de relaciones al interior del mundo islámico y la necesidad de Irán de equilibrar sus relaciones con India y Paquistán, entre otros, a pesar del retorno de Trump al poder en Estados Unidos y de su reimposición de sanciones sobre Irán, si tradicionalmente India hizo uso de su autonomía estratégica en favor de atender sus necesidades vitales, es de esperar que avance en una dirección similar. Esta vez, hacia una relación con Irán más afianzada que en el pasado, buscando la manera de sobrepasar los nuevos límites que su propia autonomía encuentra, considerando además su posición única de buena relación con los países del Golfo e Irán, al tiempo que con Estados Unidos e Israel.
Este artículo fue publicado originalmente en el medio Tektónikos el 8 de marzo de 2025.