Mié. 12 Marzo 2025 Actualizado 10:29 am

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Israel lanzó una operación militar en Jenin, Cisjordania ocupada, el 21 de enero pasado. Coincidió con un ataque aéreo y el asesinato de varios palestinos (Foto: The Cradle)
Desplazamiento, destrucción y divergencias

Israel extiende su campaña genocida de Gaza a Cisjordania

Las acciones militares israelíes en los territorios palestinos se siguen desarrollando con la acostumbrada permisividad de la "comunidad internacional" —eufemismo para referirse a Estados Unidos y a Europa, y sus redes de influencia—, mientras la prensa controlada por la anglósfera obvia los efectos negativos del avance colonialista sobre la población civil.

Al tiempo que Israel firmó el "alto al fuego" sobre Gaza, dejando más de 45 mil muertes y destrucción de la infraestructura local, se mantiene el desplazamiento y la destrucción en Jenin, Cisjordania, con menos muertes pero con similares daños a instalaciones vitales.

Israel ha buscado consolidar su control sobre esta zona mediante la expansión de asentamientos, la construcción de barreras de seguridad y la anexión de facto de áreas estratégicas. Estas acciones están alineadas con su objetivo de asegurar fronteras "defendibles" y mantener la vigilancia sobre recursos naturales como el agua y las tierras.

La trama en Cisjordania, como la de Gaza, no es solo una disputa local sino un escenario complejo donde convergen intereses geopolíticos globales y rivalidades regionales. La población palestina sigue sufriendo las consecuencias humanitarias y sociales de un conflicto que parece lejos de resolverse.

La mayor campaña de expulsión desde 1967

Un artículo publicado en DropSite News detalla las incursiones militares israelíes en Jenin y las califica como la mayor campaña de expulsión masiva en Cisjordania desde 1967.

Estas incluyen redadas nocturnas, allanamientos de hogares y el uso de fuerza excesiva contra la población civil. Estas operaciones se justifican bajo el argumento de combatir el "terrorismo", pero resultan en la destrucción de propiedades y el desplazamiento de familias enteras.

El ejército israelí ha demolido viviendas e infraestructuras claves como carreteras y redes de agua, lo cual ha motivado el desplazamiento forzado de cientos de palestinos a quienes han obligado a buscar refugio en áreas ya sobrepobladas o en campamentos de refugiados. En tales espacios, las acciones militares han destruido servicios básicos como el agua potable, la electricidad y han provocado la merma de la atención médica.

Cisjordania está experimentando tasas de ataques aéreos israelíes sin precedentes, que han excedido incluso a los desatados durante la Operación Escudo Defensivo en 2002, la mayor ofensiva militar israelí de la Segunda Intifada en Cisjordania.

Los testimonios de los residentes de Jenin reflejan el trauma psicológico y la desesperación causados por la alteración a la cotidianidad. Sin embargo la resistencia de la comunidad ha impulsado intentos por reconstruir sus hogares y mantener su presencia en la zona a pesar de la violencia desatada.

Francotiradores del ejército ocupante disparan a los periodistas, médicos que atienden a los enfermos crónicos o heridos, y los ancianos que han tratado de colarse para reunir algunas pertenencias.

A diferencia de Gaza, 96% de los más de 1 200 palestinos asesinados en Cisjordania desde 2022 han sido niños y hombres. Esto como resultado de la peligrosa tarea de tratar de volver al campamento para recolectar pertenencias.

Muchas familias desplazadas ahora están varadas entre las casas de familiares en las aldeas vecinas o en las escuelas cercanas, que son convertidas en refugios. Otros acampan en tiendas de campaña en las afueras de la ciudad porque no tienen a dónde ir.

Israel mantiene a cientos de cuerpos de los palestinos asesinados como monedas de extorsión y castigo, lo que ha sido denunciado por las organizaciones de derechos humanos como un trato cruel e inhumano de las familias en duelo. Muchos están en refrigeradores o enterrados en secreto en "cementerios de números en zonas militares cerradas".

Más allá de la vida humana: Tierras y agua

Otro artículo publicado en Mondoweiss analiza cómo Israel ha utilizado leyes y regulaciones para confiscar tierras palestinas, especialmente en áreas fértiles y estratégicas. La expansión de asentamientos, ilegales según el Derecho Internacional, ha reducido el territorio disponible para los palestinos y ha fragmentado, aun más, a Cisjordania.

En el marco de la ocupación se usan justificaciones legales como la declaración de tierras a modo de "zonas militares cerradas" o "propiedad estatal", para expropiar terrenos palestinos y, con ellos, tierras y recursos hídricos. Esto ha afectado gravemente la agricultura palestina, una de las principales fuentes de sustento en Cisjordania.

Además, la construcción de asentamientos y carreteras exclusivas para colonos israelíes ha alterado el paisaje natural y ha limitado el acceso de los palestinos a sus propias tierras. De allí que la narrativa israelí de "hacer florecer el desierto" se ha basado en implementar políticas de "colonialismo verde" a expensas de los derechos y el bienestar de la población nativa.

Detrás del discurso sionista de "modernización y desarrollo" está un proyecto de control colonial israelí sobre Cisjordania apareado con la marginación de la población palestina.

Según el reportaje, Jenin es un área clave que las compañías de energía israelíes estaban explorando como un sitio para construir fábricas y corporaciones en 2021, pero fueron frustradas por la resistencia.

El empeño de asalto y control contrasta con la resistencia de la gente a dejar su tierra. Un tema simbólico entre los retornados del norte de Gaza y el sur del Líbano ha sido el hallazgo de flores que crecen entre los restos de sus hogares, entre los escombros y el polvo.

divergencias y declaraciones en medio de la vorágine

Un grupo militante políticamente diverso de refugiados palestinos de tercera generación conforma un bastión de resistencia armada en la Cisjordania ocupada, la ciudad de Jenin y el campo de refugiados dentro de él.

Han sido repetidamente allanados, bombardeados y sitiados en esta ciudad y en Tulkarem por los militares israelíes que buscan erradicarlo. En los últimos 15 meses el ejército ocupante ha matado al menos a 225 palestinos en dicha ciudad, lo que la convierte en la zona más mortífera de Cisjordania.

Las fuerzas de seguridad han establecido puestos de control alrededor de la ciudad y el campo de refugiados, cortando la electricidad a la zona y participando en batallas con armas de fuego.

Algunos reportajes y análisis destacan que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha cooperado con Israel en operaciones de seguridad, especialmente en la detención de activistas políticos. El gobierno palestino justifica sus acciones coordinadas con el ejército israelí como un medio para mantener el orden y evitar una escalada del conflicto, pero ha sido criticada por legitimar la ocupación.

Esto ha exacerbado las divisiones internas y la desconfianza dentro de la sociedad palestina, especialmente entre los partidarios de la ANP y los grupos opositores, como Hamás. La ANP ha estado llevando a cabo una operación militar a gran escala en Jenin desde principios de diciembre, llamada "Operación de protección de la patria” o Himayat Watan.

Sin embargo, la Cumbre Árabe de emergencia del pasado 4 de marzo en Egipto presentó un esbozo del plan para la reconstrucción de la Franja de Gaza con vistas a mantener bajo una sola autoridad este territorio, Cisjordania y la conexión entre ambos.

En esta declaración en la que se señaló que "la paz es la opción estratégica de los árabes", se confirmó también el rechazo a los intentos de desplazar al pueblo palestino y se estableció la posibilidad de encontrar una alternativa realista frente al proyecto colonial israelí apoyado por la administración Trump.

Por su parte, la relatora especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos humanos en el territorio palestino ocupado, Francesca Albanese, ha afirmado que Israel está extendiendo el genocidio en Gaza a Cisjordania y llamó a la retirada inmediata de las fuerzas israelíes ocupantes de ambos territorios y al desmantelamiento de los cientos de asentamientos ilegales establecidos en Cisjordania desde 1967.

La escalada de Israel contra Palestina, como apoderado del "orden basado en reglas" de Occidente, pareciera continuar bajo el apoyo de Trump. Su estamento militar sostiene seis frentes de guerra y su Estado un serio déficit financiero.

Sin romanticismo, las escenas de palestinos volviendo al norte de Gaza y libaneses al sur del Líbano contrastan con la poca voluntad del ejército ocupante a retirarse de Siria y Líbano. Además, las conversaciones entre Netanyahu y Trump, en las que se idearon "planes" para "limpiar" Gaza, denotan que esta vorágine de sangre, destrucción y saqueo seguirá siendo el retrato del mundo occidental.

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