La reciente Cumbre de Líderes de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS, sus siglas en inglés) celebrada en Tianjin volvió a atraer la atención sobre esta organización, que comenzó como un medio para resolver disputas fronterizas entre China y algunas antiguas repúblicas soviéticas, pero que luego evolucionó hasta convertirse en un grupo híbrido de seguridad y economía. Alrededor de dos docenas de líderes asistieron al último evento, incluido el primer ministro indio, Narendra Modi, quien realizó su primera visita a China en siete años. Los medios de comunicación no occidentales anunciaron la cumbre como un punto de inflexión en la transición sistémica global hacia la multipolaridad.
Si bien la OCS está más dinamizada que nunca, dado el incipiente acercamiento entre China y la India del que Estados Unidos fue responsable de forma involuntaria, y los BRICS son hoy en día un nombre muy conocido en todo el mundo, ambas organizaciones solo transformarán gradualmente la gobernanza mundial, en lugar de hacerlo de forma abrupta como algunos esperan. Para empezar, están compuestas por miembros muy diversos que, siendo realistas, solo pueden ponerse de acuerdo en puntos generales de cooperación, que en cualquier caso son estrictamente voluntarios, ya que nada de lo que declaran es jurídicamente vinculante.
Lo que une a los países de la OCS y de los BRICS, y lo que cada vez más los acerca (tanto en términos de miembros como de socios), es su objetivo común de romper el monopolio de facto de Occidente sobre la gobernanza mundial para que todo sea más justo para la mayoría del mundo. Con ese fin, tratan de acelerar los procesos de multipolaridad financiera a través de los BRICS para adquirir la influencia tangible necesaria para implementar reformas, pero esto también requiere evitar futuros escenarios de inestabilidad interna a través de la OCS.
No obstante, el Banco BRICS cumple con las sanciones antirrusas impuestas por Occidente debido a la compleja interdependencia económica de la mayoría de sus miembros con Rusia, y también existe cierta reticencia a acelerar la desdolarización precisamente por ese motivo. En cuanto a la OCS, sus mecanismos de intercambio de información solo se refieren a amenazas no convencionales (es decir, terrorismo, separatismo y extremismo) y se ven obstaculizados en gran medida por la rivalidad entre India y Pakistán, mientras que las preocupaciones relacionadas con la soberanía impiden que el grupo se convierta en otro "Pacto de Varsovia".
A pesar de estas limitaciones, la mayoría mundial sigue colaborando más estrechamente que nunca en pos de su objetivo de transformar gradualmente la gobernanza global, lo cual se ha vuelto especialmente urgente debido al uso indiscriminado de la fuerza por parte de Trump 2.0 (contra Irán y como amenaza contra Venezuela) y a las guerras arancelarias. China se encuentra en el centro de estos esfuerzos, pero eso no significa que vaya a dominarlos, ya que, de ser así, la orgullosa soberanía de India y Rusia no los habría respaldado.
Los procesos que se están desarrollando tardarán mucho tiempo en completarse, tal vez incluso una generación o más, debido en gran parte a la compleja interdependencia económica de países líderes como China y la India con Occidente, que no puede terminarse abruptamente sin causar un daño inmenso a sus propios intereses. Por lo tanto, los observadores deberían moderar cualquier esperanza ilusoria de una rápida transición hacia una multipolaridad plena, a fin de evitar una profunda decepción y el posible desánimo que ello conllevaría.
De cara al futuro, la gobernanza mundial estará marcada por la lucha entre Occidente y la mayoría mundial, que quiere, respectivamente, mantener su monopolio de facto y reformar gradualmente este sistema para que vuelva a sus raíces centradas en la ONU (aunque con algunos cambios). Sin embargo, es posible que ninguno de estos dos escenarios maximalistas llegue a materializarse, por lo que instituciones alternativas centradas en regiones específicas, como la OCS en Eurasia y la Unión Africana (UA, sus siglas en inglés), podrían sustituir gradualmente a la ONU en algunos aspectos.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la página de Substack de Andrew Korybko el 2 de septiembre de 2025 y fue traducido para Misión Verdad por Spoiler.