Vie. 10 Enero 2025 Actualizado 6:12 pm

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El presidente colombiano explicó que no romperá relaciones diplomáticas con Venezuela (Foto: EFE)
Prevalecen las relaciones estratégicas colombo-venezolanas

Petro evita sucidarse económicamente como lo quería el extremismo

A pesar de las múltiples presiones internacionales que instan a Colombia a adoptar una postura conflictiva y confrontativa sobre Venezuela, la nación ha optado por mantener las relaciones diplomáticas en el contexto de la investidura del presidente Nicolás Maduro el 10 de enero.

El presidente Gustavo Petro emitió unas declaraciones en relación con este asunto, informando su decisión de no asistir a la ceremonia de toma de posesión del mandatario venezolano. En su lugar, el embajador colombiano en Venezuela, Milton Rengifo, representó a su gobierno en dicho evento.

En un mensaje publicado en la red social X, Petro justificó su ausencia aludiendo a las detenciones de Enrique Márquez, excandidato presidencial, y Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, ambos acusados por las autoridades venezolanas de participar en un intento de golpe de Estado.

Petro enfatizó que Colombia no tiene intenciones de romper los lazos diplomáticos con Venezuela, "ni intervendrá en los asuntos internos de este país sin invitación".

"Las fuerzas progresistas de Colombia mantendrán su relación de cooperación y amistad con todas las fuerzas progresistas de Venezuela, en la búsqueda de un gran diálogo político y social que conduzca a la paz en toda la región y prevenga la violencia", concluyó.

Posteriormente, el canciller colombiano Luis Murillo, en línea con la postura de Petro, aunque haciendo más hincapié en señalamientos politizados contra el gobierno venezolano para tratar de apaciguar las críticas de Machado, declaró que la decisión de continuar las relaciones bilaterales está enmarcada en una visión de Estado.

"Debido a la estrecha relación económica, comercial, social, cultural, humanitaria y de seguridad que impacta a los ciudadanos de ambos países, Colombia ha decidido, de manera responsable, mantener las relaciones bilaterales con Venezuela, lo que no significa un aval a los resultados electorales".

María Corina Machado, dirigente del sector extremista de la oposición venezolana, reaccionó expresando su descontento en una entrevista con Noticias RCN. 

"Yo lamento mucho esa decisión, sobre todo por Colombia, porque yo creo que este es un momento cuando en la historia solo valen posiciones nítidas, entre la justicia y la corrupción, entre la libertad y la opresión, entre la verdad y la mentira".

Por su parte, el embajador Milton Rengifo explicó en una entrevista con El Tiempo que entre Colombia y Venezuela existen planes para desarrollar una amplia agenda en temas económicos, migratorios, consulares, energéticos, sociales y ambientales. Por ello, resaltó la necesidad de no retroceder y evitar repetir los errores pasados de suspender relaciones diplomáticas y el impacto negativo que ello tuvo sobre millones de ciudadanos en ambos lados de la frontera.

Esta es una postura que el gobierno de Petro, a pesar de las distancias con el gobierno venezolano, ha mantenido desde la reanudación de los lazos diplomáticos. En un encuentro bilateral con el presidente Maduro en Caracas el 18 de noviembre de 2023, expresó

 "El que dos pueblos vecinos tan interconectados desde el punto de vista de los flujos de la historia se hayan separado hace unos años, hayan roto relaciones diplomáticas, hayan paralizado su comercio, la interacción de sus poblaciones, es una estupidez (...) Si miramos hacia atrás, lo que hicieron los gobiernos pasados en mi país es prácticamente un suicidio económico".

  • El cierre de la frontera colombo-venezolana en 2015 causó un desplome del comercio binacional, al reducirlo desde 7 500 millones de dólares en 2008 a apenas 1 200 millones en 2022, cifra alimentada por el contrabando y las actividades ilícitas, según la Cámara Colombo Venezolana.

"El año entrante, quizás, por pura paradoja, Venezuela va a ser uno de los motores de la reactivación de la economía colombiana. Si logramos sacar adelante una serie de esfuerzos comunes", agregó Petro.

Esta proyección ha encontrado un respaldo inicial en las cifras de intercambio comercial entre ambos países en 2024. 

  • Hasta noviembre del año pasado, las exportaciones colombianas a Venezuela superaron los 885,5 millones de dólares, un incremento de 46,9% respecto a los 602,9 millones de dólares registrados en el mismo periodo de 2023, sostiene el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia.
  • Este aumento se refleja también en el volumen de mercancías, con casi 500 mil toneladas métricas, 39,8% más que en 2023.
  • Al cierre del año pasado, la Cámara Colombo Venezolana estimó el comercio binacional en aproximadamente 1 100 millones de dólares.
  • Según ese organismo, el número de empresas colombianas que exportan a Venezuela pasó de 799 en 2022 a 984 en 2024.
  • Hasta septiembre de 2024 se exportaron 2 245 productos diferentes, en comparación con los 1 779 del año anterior.

En el campo energético, Colombia también alberga amplias expectativas respecto a la ampliación de la cooperación binacional en el futuro inmediato, con el objetivo de cubrir el déficit en el abastecimiento de gas natural. 

Este interés se ve respaldado por la presentación en junio de la hoja de ruta para el abastecimiento de gas natural por parte del presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, quien destacó que para el próximo año se anticipa un déficit de 85 Giga BTU (GBTUD). Dentro de este plan, la empresa contempla la importación de hasta 100 GBTUD de gas desde Venezuela, comenzando con una oferta inicial que oscilará entre 30 y 50 millones de pies cúbicos diarios, la cual se incrementará progresivamente. 

Roa mencionó que PDVSA y Cenit ya han realizado una evaluación del oleoducto binacional y están trabajando en la culminación de las restauraciones necesarias con el objetivo de tener los ajustes listos en un plazo de 10 a 12 meses. Esto abriría la puerta a la importación definitiva de gas.

La estrategia de acercamiento entre Colombia y Venezuela, mantenida por ambos gobiernos desde la reanudación de relaciones diplomáticas, se basa en una visión de Estado que prioriza los intereses nacionales. Esta perspectiva compartida trasciende las distancias políticas, centrándose en los beneficios mutuos de la integración binacional.

El gobierno colombiano, consciente de la importancia estratégica de esta cooperación y de los resultados positivos ya alcanzados, se abstiene de involucrarse en las dinámicas de injerencia promovidas por María Corina Machado. Esto implica poner el interés nacional de Colombia en primer plano, frente a las presiones provenientes tanto del sector extremista como de Estados Unidos, que abogan por romper relaciones para sumar a Bogotá al esquema más amplio de acciones hostiles contra Venezuela, lo que incluiría incorporarse a un eventual impulso sancionatorio renovado.

De este modo, el gobierno colombiano no acompaña movimientos de confrontación que puedan poner en riesgo la sinergia construida en los últimos años y el avance observado en los ámbitos comerciales y económicos en ambas naciones. Una nueva mala noticia para el extremismo que se suma a las derrotas tácticas y estratégicas acumuladas esta semana.

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